martes, 14 de septiembre de 2010

LA "INDEPENDENCIA"


Nuestro país Guatemala deriva su nombre del vocablo náhuatl “Quauhtlemallan”, que significa 'lugar de muchos árboles'. Dicha la nuestra, tomando en cuenta que los árboles nos proporcionan muchos beneficios como sus frutas, hojas, raíces, ramas, troncos, semillas, etc. Lamentablemente, hoy en día nos encontramos en un país donde impera la destrucción de la madre naturaleza y de la vida; prueba de ello es la tala inmoderada de árboles, explotación irracional de los recursos naturales y el irrespeto a la vida de mujeres y hombres asesinados diariamente por aquellos que no sienten ni siembran amor y paz por Guatemala.

Guatemala, nuestro bello país, donde convivimos una diversidad de culturas, pero así como los ancianos árboles nos brindan todos los beneficios que he mencionado, nosotros no hemos sabido tejer y construir ese país que refleje nuestros distintos colores, costumbres, tradiciones, trabajos, aportes, luchas y propuestas.

Desde el año 1821, cada 15 de septiembre se conmemora la independencia guatemalteca de España. Pero es necesario aclarar que ese famoso 15 de septiembre de 1821, significó la declaración de independencia de la burguesía criolla de aquella época, tanto en lo político como en lo económico de la corona española. En aquél 15 de septiembre de 1821, los criollos aprovecharon el desorden político que se presentaba en España, para lograr posicionarse en el poder y repetir casi exactamente lo mismo que hacía la realeza española contra el pueblo guatemalteco, cuyas condiciones de vida no mejoraron con el triunfo de un movimiento abanderado por la élite económica, porque los intereses de este grupo no le importaba tanto lo político, sino lo que implicaban los nuevos lazos comerciales que pudieran pactar a partir de su independencia.

Para los pueblos indígenas de Guatemala, duele decirlo, pero ese es el contexto en el que se proclamó la independencia que mañana 15 de septiembre se conmemorará en las escuelas, en las entidades públicas y en otros espacios donde existen grupos organizados.

Cuando el pueblo de Guatemala quiso tener su propia independencia y libertad de decisión, inmediatamente fue reprimido por aquellos que siempre manejaron el poder político y económico a su sabor y antojo, en complicidad con intereses externos como los de Estados Unidos. Me refiero a la Revolución de 1944, cuando guatemaltecos y guatemaltecas de gran valor y valentía, ofrendaron sus vidas por un país más justo y humano.

Casi una década más tarde, inició una guerra entre dos bandos que se disputaron el poder durante 36 años. Una vez más, los muertos y desaparecidos los pusimos los pueblos indígenas, mientras los beneficiados, al igual como lo registra la historia, siguieron siendo los mismos: los criollos o en todo caso, sus descendientes.

Concluida la guerra en Guatemala, y hasta la fecha, se afirma que vivimos en una era democrática. Sin embargo, esa democracia ha servido de ley, dinero, poder y ambición para unos; mientras para otros que conforman la mayoría de la población ha repercutido en injusticia, pobreza, abusos y falta de oportunidades. La democracia es un producto o mercancía occidental que aún es débil para los intereses de las mayorías en Guatemala, puesto que el tan ansiado bienestar común todavía no lo alcanzamos.

Los pueblos indígenas tenemos nuestras formas propias de organización social, política, económica y cultural. Pero nuestra independencia y libertad, desde hace cientos de años han sido reprimidas, más no calladas en las voces y obras de nuestros héroes como Tekun Uman, Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, Manuel Tot, entre otros.

Los pueblos indígenas amamos a Guatemala, queremos una Guatemala en verdadera libertad e independencia para todos sus hijos e hijas. Nuestra lucha continúa y busca integrar a la diversidad que hace de esta linda tierra, única en el mundo.

Que este 15 de septiembre sea un momento de reflexión para todas y todos los guatemaltecos; que sea un día para pensar en mejorar las condiciones de vida de aquellos hermanos olvidados por la historia; que sea un momento para hermanarnos, para expresarnos y para replantearnos la construcción de un pueblo más unido en su diversidad. Esa es la verdadera independencia y libertad que necesita Guatemala para que sus hijos y nietos puedan tener una vida digna, en paz y armonía.

Iximulew, Wuqub’ B’atz’ / Guatemala, 14 de septiembre de 2010

Wakatel Utiw / Cirilo Pérez Oxlaj Embajador Itinerante de los Pueblos Indígenas